Dondequiera que vaya, el Cabrón Bravo tiene una cola de submarinistas esperando caer de rodillas para servir al semental. Durante una rápida parada en Roma, Bravo invita a su habitación de hotel y chupapollas con un fetiche por las capuchas. No hace falta ver la cara bonita de Bravo, ¡sólo hay que ver su enorme polla destrozando el culo de otro submarinista! ¡Mirad esto!